...aunque hay veces en que necesito estar sentada...

...aunque hay veces en que necesito estar sentada...

martes, 9 de febrero de 2010

Me decía...

¿Qué dura la vida, eh? Me decía. Esperar y esperar aquello que sabemos que nunca nos va a llegar, jugar a ser otros, imaginarnos en otro lugar, sentados ante una mesa que nunca será nuestra, con gente que no nos pertenece… construirnos un mundo más allá de nuestra jaula. Sentir el vacío que dejan las cosas cuando se van, recordar las cosas que quisimos hacer bien, las que sí hicimos correctamente, las que ni siquiera nos esforzamos por realizar…

Volver a aquel lugar me recuerda todo lo que no quise ser y que sin embargo sé que no me podré quitar del todo…

Yo juego frecuentemente a imaginarme que soy otra, cuando soporto mal lo que soy, mi cuerpo ya no está en el lugar que ocupa y mi mente no le pertenece. Frecuentemente, ni siquiera soy española. Mi casa es más grande y tengo un perro que me recibe en la puerta con gran alegría cuando arrastro mi cansancio hasta casa al final de la jornada y sólo puedo pensar en un sofá que no tengo y en la cena que está sin preparar.

A veces aparecen hijos, pero me cuesta hacerme a la idea de lo que significa ser madre y en vez de ocuparme de ellos, prefiero ocuparme de mí. También salgo a la calle muchas veces con ropa más cara de la que tengo, voy a lugares en los que sé que nunca estaré y a aquellos en los que espero estar algún día.

Pero hay una cosa en mi vida que nunca desaparece, viaja a mi lado en el avión, se sienta a mi lado en el sofá, me consuela cuando estoy triste…

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