viernes, 5 de febrero de 2010
El teatro.
Ante mí te descubres. Rojos son tus párpados y blanca tu alma. Con tu voz produces llanto, risa, desesperación, esperanza, mucho, poco, nada o todo al mismo tiempo. Cuando termina tu obra eres juzgado, pero tú sigues firme, sin derrumbarte. Naciste hace miles de años y todavía hoy sigues siendo el escenario de muchas personas.
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